Caminaron durante varios días por la peligrosa selva del Tapón del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, con el objetivo de conseguir asilo en Estados Unidos.

Pero ahora esos migrantes, principalmente de naciones andinas como Venezuela y Colombia, se han dado por vencidos después de la dura ofensiva del presidente estadounidense Donald Trump contra el asilo y están regresando a sus países.

El domingo, una embarcación con motor fuera de borda zarpó de un puerto de la costa caribeña de Panamá con 20 migrantes venezolanos, 16 adultos y 4 niños, aferrados a sus mochilas y cubriéndose del agua de mar con rumbo al sur. Tenían que hacer un trayecto de unas ocho horas hacia otro puerto panameño, antes de enfilar para el lado colombiano.