El 1 de abril, Carlota N disparó contra dos hombres dentro de su casa, quienes murieron en el acto. La versión de la anciana indica que estas personas ingresaron de manera ilegal a su propiedad, lo que la llevó a actuar en defensa propia.
Sin embargo, familiares de los fallecidos aseguran que ellos rentaban legalmente el inmueble y que el ataque no tuvo justificación.
La clave del caso radica en determinar si Carlota N actuó bajo un contexto de «legítima defensa», figura reconocida en el Código Penal del Estado de México. Según la legislación, la legítima defensa se configura cuando una persona repele una agresión real, actual e inminente que ponga en riesgo su vida.
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