Los motivos del rechazo a la presentación del comediante venezolano George Harris no están cien por ciento claros, pero el condimento de xenofobia es evidente. Una parte del público asistente a la Quinta Vergara, distribuidos estratégicamente para aumentar su abucheo, no permitió al venezolano comenzar su rutina. Opiniones diversas apuntan a que George cayó en la trampa y eso lo descolocó en su concentración, pues responder a una agresión es poco recomendado en estos casos.

El bochornoso acontecimiento dejó ver las debilidades organizativas de la producción de este espectáculo internacional como lo es “Viña del Mar”, desmejorando su estatus de grandeza y calidad para convertirse en una tribuna política de un sector descontento sin el menor sentido de la educación y el decoro.

Para muchos queda claro que la experiencia que vivió el comediante sudamericano es una muestra de los resortes de manipulación que sectores radicales pueden lograr. George seguirá siendo grande y esta experiencia lo catapulta como lo que es, un enorme profesional.