El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha comenzado un acercamiento estratégico con su homólogo de El Salvador, Nayib Bukele, para dar comienzo a la exploración que el país centroamericano sirva como receptor de miles de indocumentados expulsados del territorio estadounidense. Agencias de noticias aseguran que este “favor” no es de gratis ya que los ciudadanos salvadoreños en suelo americano gozarían de ciertas consideración en la ola de deportación que ya ha comenzado.

La experiencia de Bukele con su Centro de Confinamiento del Terrorismo despertó el interés de Trump, y al mismo lo ve como una salida a la negativa de Nicolás Maduro de recibir a los venezolanos deportados. Su interés se concentra en el gruppo delincuencial conocido como Tren de Aragua que ha operado con relativa libertad desde la pasada administración demócrata.