Eran las 3 de la madrugada en Moscú cuando Nicolás Maduro debió atender una llamada de urgencia desde Caracas. Eran malas noticias, como suelen ser las comunicaciones a esas profundas horas de la noche. «Estados Unidos liberó a todos los que estaban en la embajada argentina», escuchó del otro lado de la línea.
Fue un golpe al mentón. Maduro -invitado por su aliado/socio/patrocinador Vladimir Putin a conmemorar el Día de la Victoria en Rusia junto a otros dictadores regionales y del mundo- ya no pudo contraer el sueño y quedó despierto tratando de averiguar qué había pasado. Y sobre todo, quién lo había traicionado.
Por el momento poco se sabe del operativo de los Estados Unidos en tierra venezolana para liberar a Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos quienes buscaron refugio en la sede diplomática de la Argentina el 20 de marzo de 2024. Eran víctimas de la persecución que el déspota caraqueño había iniciado contra el equipo de María Corina Machado, la líder opositora.
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