La salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve a estar en el centro del debate luego de que la Casa Blanca confirmara que padece insuficiencia venosa crónica (IVC), tras viralizarse imágenes que mostraban tobillos visiblemente inflamados y hematomas cubiertos con maquillaje durante su aparición en el Mundial de Clubes de la FIFA.

El diagnóstico, confirmado por la portavoz presidencial Karoline Leavitt, se dio luego de que el mandatario se sometiera a un examen médico “por precaución”, según informó la Casa Blanca. No obstante, medios como The Washington Post calificaron el anuncio como una inusual admisión de vulnerabilidad física por parte de un presidente que ha cultivado con insistencia la imagen de fortaleza.

Leavitt intentó restar importancia al diagnóstico, señalando que se trata de “una condición benigna y común en adultos mayores de 70 años”. Sin embargo, la Biblioteca Nacional de Medicina contradice esa narrativa: señala que la IVC no es una afección menor, ya que puede derivar en úlceras venosas crónicas, dolorosas y de difícil tratamiento, además del temido síndrome posflebítico.