La llegada de la inteligencia artificial generativa a los procesos creativos abrió un debate en la Universidad de Harvard sobre el sentido y el valor del esfuerzo personal. Aunque estas tecnologías prometen facilitar la obtención de resultados artísticos y profesionales, expertos en filosofía y psiquiatría analizan qué se pierde cuando la creatividad deja de requerir dedicación y superación.

Este dilema trasciende el ámbito del arte y la literatura, planteando interrogantes sobre la motivación, el orgullo y el desarrollo en una época donde la IA puede asumir tareas antes reservadas al ingenio humano.

La posibilidad de obtener resultados de calidad sin ese proceso genera dudas sobre el significado de los logros y el papel del esfuerzo en la vida humana. Los expertos advierten sobre consecuencias personales y sociales de esta transformación, como la posible pérdida de habilidades y el riesgo de que futuras generaciones carezcan de la motivación necesaria para alcanzar la excelencia.